("Tlingit Cosmos", Celeste Worl)
I. PUGNAR POR LA EQUIDAD, NO POR LA IGUALDAD
Mujeres y hombres no somos iguales. Al no ser iguales se anula la posibilidad de comparar quién es mejor. Ambos géneros comparten la capacidad de ser igualmente estúpidos: así como hay hombres que ejecutan fanáticamente su parte masculina, también hay mujeres que buscan igualdad de género, que piensan que la independencia está en no necesitar a ningún hombre, así como en rechazar la vida de ama de casa.
No creo en la igualdad, creo en la equidad, conceptos distintos.
-El primero habla de empate, de paralelismo, de poseer lo mismo en ambos lados sociales.
-El segundo habla de equivalencia, de correspondencia, de complemento, de perpendicularidad, de hacer equipo.
La especie humana, así como cualquier especie de vida dentro del vasto universo (planetas, galaxias, animales, bacterias, plantas, etc.), no puede darse sin el encuentro de las partes femenina y masculina (fesculina, mamenina). No existiríamos nosotros sin nuestro padre sol que se encuentra con nuestra madre tierra. Nuestros hijos son posibles gracias a la fecundación, acto imposible sin el encuentro de ambas fuerzas.
Entonces, si es tan evidente que para la armonía, el amor y la vida se necesita el equilibrio de las dos partes, ¿por qué empeñarnos en enaltecer sólo una?
II. DOLOR DE PARTO, EL PEOR DOLOR DE TODOS
Resulta fastidioso que en la semana del Día Internacional de la Mujer haya en los medios una proliferación de halagos y honras a la mujer por el simple hecho de serlo (hoy en la mañana escuché a una conductora de radio diciendo “hombres, por favor, échenos porras en nuestro día”), como si no hubiera mujeres soberbias, injustas, con el ego por las nubes, que cometen delitos, que hacen daño a otros. La admiración no debería ser sexista, qué importa si el admirado en cuestión es mujer u hombre, si a final de cuentas el ser humano que se encuentra más allá de su acta de nacimiento es el que está haciendo esas cosas admirables.
A las mujeres se les tacha de heroínas porque “aguantan el dolor del parto”, pero parir no es cosa de otro mundo, es un acto natural que, en el caso animal, las hembras lo hacen con concentración y paciencia, mientras que en el caso de los humanos, se hace en contra de lo natural y de las leyes físicas, se inculca el miedo al dolor, se estimula el griterío y hasta familiares son invitados a tan inhumano espectáculo. Para colmo, la mamá es colocada en forma horizontal para que el sabio doctor no haga esfuerzo en agacharse como lo haría si se hiciera el parto de manera lógica (hay varias posiciones para ello, siempre pugnando porque el bebé vaya bajando, mientras la madre (em)puja hacia abajo, lo cuál suena menos doloroso en comparación con el empujar hacia un lado, como en la mayoría de los partos modernos).
¿Realmente es insoportable el dolor de parto o lo que duele es todo ese esfuerzo de pujar que es doblemente cansado por la ilógica posición horizontal en que se hace?
Ahora que lo pienso, las mujeres que tienen a sus hijos con este tipo de métodos (o sea, casi todas) sí son heroínas ya que este tipo de partos son inhumanos, aunque también es heroína quien investiga lo suficiente como para ir contra lo convencional y descubrir métodos alternativos como el parto en agua, parto con delfines o el parto en casa.
III. AXE, PATROCINADOR OFICIAL DEL DÍA DE LA MUJER
Existe en los medios una irremediable tendencia a estereotipar. Entonces muchos hombres y mujeres se tragan el cuento de que la felicidad está en la capacidad de consumo y la liberación femenina está en no tener tabúes sexuales y desarrollar la cultura del aparentar, del engaño (más pestañas, más senos, más cadera, menos líneas de expresión, menos o más edad, etc.).
Pero ¿dónde demonios está el espacio donde se propague el autoconocimiento, la autocrítica, la libertad? Ser libre no es acudir a la pornografía si es que quieres evitar sentirte reprimida. Ser libre no es complacer al otro a costa del criterio propio (en la televisión mexicana se recurre con frecuencia a consejos como "báilale a tu esposo como lo hacen en el table" (o sea, volverte quien no te sale ser)).
Pienso en la represión que se ejercía sobre las mujeres cuando se empezaron a mal entender los cánones cristianos. Fueron algunos hombres poderosos los que le quitaron libertad de acción. Hoy los hombres poderosos (junto con algunas mujeres) siguen controlando ya que desarrollan estereotipos como el de la estrella-porno o la mujer-perfecta-de-los-suburbios (con todo el movimiento comercial que se genera con ello). Qué importa si unos dicen "tápense" y otros "destápense", a final de cuentas sigue habiendo control debajo de todo eso. En Tokio existe un parque donde cada viernes la gente joven se reúne para platicar, para convivir, para ser vistos, para ejecutar estas modas japonesas que son entre escolares, neopunks y porno. Los jóvenes se sienten libres porque no van de traje, pero no se ponen a pensar en las tantas tiendas de ropa que hay alrededor del parque que son las que imponen esas modas locales. Entonces el círculo perfecto de ustedes-compran-lo-que-nosotros-imponemos-como-moda opera igual que el de los oficinistas que "tienen que" llevar traje.
Y es ese "tienen qué" el que me parece limitante, porque si no quieres ser reprimida, tienes que adoptar alguna actitud de modelo, o alguna estética porno. A final de cuentas esos modelos a seguir también están creados por hombres y mujeres poderosos a los que les conviene que la cosa sea así.
Hoy en día la mujer ideal, injustamente, debe cumplir muchas reglas que, en algún momento, son imposibles de ejecutar en conjunto. ¿Por qué no llevar la discusión a la búsqueda de una conciencia personal y colectiva donde todos nos miremos diferentes y equivalentes? Sueño con una sociedad con menos ego, con mayor conciencia de esas dos fuerzas que habitan en todo cuanto existe, en ti, en mi, a nuestro alrededor.
-EPÍLOGO
¿Cómo es posible que alguien desee detener el natural y divino envejecimiento del cuerpo?
¿Cómo es posible que se crea que unos cuerpos son mejores que otros?
¿Cómo es posible que exista gente que encuentre divertidos los comerciales de Axe (y afines)?
¿Cómo es posible que, tanto hombres como mujeres, no sepamos aprovechar nuestro potencial humano?
¿Cómo es posible que haya gente que dedica parte de su tiempo a ver por qué las mujeres son mejores que los hombres y viceversa?
¿Cómo es posible la discriminación, el racismo, el machismo, el feminismo, la intolerancia?
El Día Internacional de la Mujer es una estupidez necesaria, no debería existir, pero las deplorables condiciones de vida (así como las grandes anécdotas) de muchas mujeres a lo largo de la historia y en la actualidad, hacen urgente traer éste tema a la mesa, a los blogs, a la charla cotidiana. Es necesario no olvidar todos aquellos excesos y discriminaciones de los que todos hemos sabido algo, también es necesario no ser ciegos ante todo lo terrible que en algunos estratos aún se le hace a las mujeres. Pero también es hora de encontrar el justo medio, no se trata de invertir el machismo en feminismo, sino de cohabitar, de potenciarnos, de mirar hacia delante con memoria, de celebrar que todos somos parte de la misma Unidad.
La especie humana, así como cualquier especie de vida dentro del vasto universo (planetas, galaxias, animales, bacterias, plantas, etc.), no puede darse sin el encuentro de las partes femenina y masculina (fesculina, mamenina). No existiríamos nosotros sin nuestro padre sol que se encuentra con nuestra madre tierra. Nuestros hijos son posibles gracias a la fecundación, acto imposible sin el encuentro de ambas fuerzas.
Entonces, si es tan evidente que para la armonía, el amor y la vida se necesita el equilibrio de las dos partes, ¿por qué empeñarnos en enaltecer sólo una?
II. DOLOR DE PARTO, EL PEOR DOLOR DE TODOS
Resulta fastidioso que en la semana del Día Internacional de la Mujer haya en los medios una proliferación de halagos y honras a la mujer por el simple hecho de serlo (hoy en la mañana escuché a una conductora de radio diciendo “hombres, por favor, échenos porras en nuestro día”), como si no hubiera mujeres soberbias, injustas, con el ego por las nubes, que cometen delitos, que hacen daño a otros. La admiración no debería ser sexista, qué importa si el admirado en cuestión es mujer u hombre, si a final de cuentas el ser humano que se encuentra más allá de su acta de nacimiento es el que está haciendo esas cosas admirables.
A las mujeres se les tacha de heroínas porque “aguantan el dolor del parto”, pero parir no es cosa de otro mundo, es un acto natural que, en el caso animal, las hembras lo hacen con concentración y paciencia, mientras que en el caso de los humanos, se hace en contra de lo natural y de las leyes físicas, se inculca el miedo al dolor, se estimula el griterío y hasta familiares son invitados a tan inhumano espectáculo. Para colmo, la mamá es colocada en forma horizontal para que el sabio doctor no haga esfuerzo en agacharse como lo haría si se hiciera el parto de manera lógica (hay varias posiciones para ello, siempre pugnando porque el bebé vaya bajando, mientras la madre (em)puja hacia abajo, lo cuál suena menos doloroso en comparación con el empujar hacia un lado, como en la mayoría de los partos modernos).
¿Realmente es insoportable el dolor de parto o lo que duele es todo ese esfuerzo de pujar que es doblemente cansado por la ilógica posición horizontal en que se hace?
Ahora que lo pienso, las mujeres que tienen a sus hijos con este tipo de métodos (o sea, casi todas) sí son heroínas ya que este tipo de partos son inhumanos, aunque también es heroína quien investiga lo suficiente como para ir contra lo convencional y descubrir métodos alternativos como el parto en agua, parto con delfines o el parto en casa.
III. AXE, PATROCINADOR OFICIAL DEL DÍA DE LA MUJER
Existe en los medios una irremediable tendencia a estereotipar. Entonces muchos hombres y mujeres se tragan el cuento de que la felicidad está en la capacidad de consumo y la liberación femenina está en no tener tabúes sexuales y desarrollar la cultura del aparentar, del engaño (más pestañas, más senos, más cadera, menos líneas de expresión, menos o más edad, etc.).
Pero ¿dónde demonios está el espacio donde se propague el autoconocimiento, la autocrítica, la libertad? Ser libre no es acudir a la pornografía si es que quieres evitar sentirte reprimida. Ser libre no es complacer al otro a costa del criterio propio (en la televisión mexicana se recurre con frecuencia a consejos como "báilale a tu esposo como lo hacen en el table" (o sea, volverte quien no te sale ser)).
Pienso en la represión que se ejercía sobre las mujeres cuando se empezaron a mal entender los cánones cristianos. Fueron algunos hombres poderosos los que le quitaron libertad de acción. Hoy los hombres poderosos (junto con algunas mujeres) siguen controlando ya que desarrollan estereotipos como el de la estrella-porno o la mujer-perfecta-de-los-suburbios (con todo el movimiento comercial que se genera con ello). Qué importa si unos dicen "tápense" y otros "destápense", a final de cuentas sigue habiendo control debajo de todo eso. En Tokio existe un parque donde cada viernes la gente joven se reúne para platicar, para convivir, para ser vistos, para ejecutar estas modas japonesas que son entre escolares, neopunks y porno. Los jóvenes se sienten libres porque no van de traje, pero no se ponen a pensar en las tantas tiendas de ropa que hay alrededor del parque que son las que imponen esas modas locales. Entonces el círculo perfecto de ustedes-compran-lo-que-nosotros-imponemos-como-moda opera igual que el de los oficinistas que "tienen que" llevar traje.
Y es ese "tienen qué" el que me parece limitante, porque si no quieres ser reprimida, tienes que adoptar alguna actitud de modelo, o alguna estética porno. A final de cuentas esos modelos a seguir también están creados por hombres y mujeres poderosos a los que les conviene que la cosa sea así.
Hoy en día la mujer ideal, injustamente, debe cumplir muchas reglas que, en algún momento, son imposibles de ejecutar en conjunto. ¿Por qué no llevar la discusión a la búsqueda de una conciencia personal y colectiva donde todos nos miremos diferentes y equivalentes? Sueño con una sociedad con menos ego, con mayor conciencia de esas dos fuerzas que habitan en todo cuanto existe, en ti, en mi, a nuestro alrededor.
-EPÍLOGO
¿Cómo es posible que alguien desee detener el natural y divino envejecimiento del cuerpo?
¿Cómo es posible que se crea que unos cuerpos son mejores que otros?
¿Cómo es posible que exista gente que encuentre divertidos los comerciales de Axe (y afines)?
¿Cómo es posible que, tanto hombres como mujeres, no sepamos aprovechar nuestro potencial humano?
¿Cómo es posible que haya gente que dedica parte de su tiempo a ver por qué las mujeres son mejores que los hombres y viceversa?
¿Cómo es posible la discriminación, el racismo, el machismo, el feminismo, la intolerancia?
El Día Internacional de la Mujer es una estupidez necesaria, no debería existir, pero las deplorables condiciones de vida (así como las grandes anécdotas) de muchas mujeres a lo largo de la historia y en la actualidad, hacen urgente traer éste tema a la mesa, a los blogs, a la charla cotidiana. Es necesario no olvidar todos aquellos excesos y discriminaciones de los que todos hemos sabido algo, también es necesario no ser ciegos ante todo lo terrible que en algunos estratos aún se le hace a las mujeres. Pero también es hora de encontrar el justo medio, no se trata de invertir el machismo en feminismo, sino de cohabitar, de potenciarnos, de mirar hacia delante con memoria, de celebrar que todos somos parte de la misma Unidad.
¿Qué somos los hombres como para venir a felicitar a las mujeres sólo porque son mujeres? ¿Qué somos como para pretender prohibirles algo? Festejemos a todas las mujeres, pero también no dejemos de festejar a otros hombres, a los animales, a los niños y niñas, a las plantas, a las estrellas. Todos estamos relacionados de algún modo. Todos nos necesitaremos por siempre.
Alberto Espejel
Alberto Espejel
3 comentarios:
aaaahhh jajajajajaja que emocionante, sí, si quiero escribir, presiento falta una hablantina instintiva como yo algo más light y relajado, que igual y suene a tontería pero en realidad todo lo contrario & condimentado con garabatos, wuiiiii.
¿puedo invitar a leonido?
saludos
xoxo
*u*
Me pusiste a pensar jeje.. creo que tienes razón, siempre tenemos que estar decidiendo que uno mejor que el otro y no se qué, la equivalencia, la correspondencia y el complemento es mejor :p Supongo que ya estamos muy acostumbrados.
Lo que importa no es el género, el color, el aspecto, la dimensión, es lo de adentro de una persona no es cierto? ok.. creo que me acabo de responder una pregunta que rondaba mi cabeza... y un post del día de la mujer me la respondió jajaja... no cabe duda.. las cosas pasan por algo jojo...
Aqui la comedora de lechuga reportándose y animándose a escribir en este espacio :P
Alberto, leí tu texto y opino lo que sigue:
Desde que lo empecé a leer, pareciera que estaba leyendo en parte lo que pienso, la igualdad es un concepto tan usado, gastado e inútil (al menos para mi, y supongo que para ti también) que yo considero más equilibrado utilizar el concepto de equidad, el cuál se acerca más a la realidad de hombres y mujeres, y que hace posible esa unión o complemento de fuerzas.
Considero que haces mención de las mujeres (no sé si porque eres hombre), de esa mujer ideal que se "vende" hasta en la sopa (literal) y que se ha impuesto gracias a las élites millonarias (que poseen televisoras, marcas de ropa, de comida, periódicos, etc.) y que la mujer "regular" quiere llegar a ser, pero también no hay que olvidarnos de los nuevos modelos masculinos que están emergiendo, en todo este ir y venir masculino y femenino, cuáles son estos nuevos mmodelos (de ambos)?, qué camino han tomado los hombres y mujeres, y por qué?
Todo se vende (hasta los ideales, hasta la rebeldía), te los venden en los libros, en la t.v., en la escuela (entre amigos), en el trabajo (entre pláticas), en la conversación ajena que escuchas en el transporte urbano...
Yo sueño con esa equidad (no sé si sólo sea eso, un sueño) de la que escribes en el principio y también he soñado muchas veces con los nuevos modelos genéricos que cada vez van tomando un poquito más de forma, ojalá.
Quién estará imponiendo estos nuevos modelos, la mujer que ya no se siente apoyada por su pareja, el hombre que ya no le queda el traje de súper-hombre de su abuelo, o ambos que han visto que se necesitan como una fuerza?...no lo sé...es más realmente se estará dando un cambio?...quedó inconclusa mi tesis, pero creo que me lo puedo contestar con las relaciones entre géneros que veo todos los días...jeje.
Por cierto no sé si te lo dije pero me gustó el texto.
(estuvo bueno mi viaje jaja)
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