8/3/07

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Textos al respecto (favor de cliquear en el link para ir al texto, o bien ir bajando para leerlos todos):

1. Vientre de cuna - Piquis
2.
Mujer - Ita
3.
Poema - Die Walküre
4.
Sin más Lágrimas de Mujer - Gabriella
5.
pornostar/princess - Toncy Dunlop
6.
El Lado Fértil o Creativo - Xigna
7.
Breve Historia de la Mujer - Santiago Paz
8.
Tríptico a la Esperanza - Alberto Espejel

Vientre de cuna


hay quienes dicen que casarse es vivir más, incluso algunos estudios lo señalan; un día mientras empezaba a romper el hielo con mis nuevas compañeras de trabajo (ahora ex compañeras como bien saben ) coincidimos en un tema central r-e-l-o-j-b-i-o-l-ó-g-i-c-o, ¿qué es lo que tienen en común algunas mujeres? edad de madurez; mientras la conversación se llenaba de párrafos acerca de los planes futuros, interpretando cuando se lleva una relación de ya varios años y la contemplación de la duda acerca de cuál es la edad no propicia para la procreación de hijos, analizabamos el pensamiento de algunas mujeres, y compartiendo expresiones escuchadas entre nuestras amigas pudimos llegar a la conclusión de que algunas de ellas que están aproximándose a los 25 y 26 años pasan por una etapa pasajera (en el 99 % de los casos) de afección excesiva hacia todos los bebés, niños, chamacos, peques, etcs… algunas incluso hacia el deseo de tener uno sin importar el medio pensando en ser madres solteras si es necesario, antes d q se les termine “el tiempo”, ¿con q finalidad? es loq nos preguntaremos insistentement la mayoría.

y en la actualidad si se analiza el área de los noviazgos el ofrecimiento de niños gratis se les da a algunos hombres y poca claridad en las intenciones de comenzar* una relación, definiéndolos así como novios fugitivos. Ser y actuar en la misma línea se les dificulta por temor a los sentimientos, no digo q a todos les pase lo mismo, es un simple análisis d casos excluídos en ambos sexos; chicos, tampoco quiere decir q huyan de una 25 o 26 añera, no ha todas nos sucede y como mencionaba es sólo una etapa pasajera; porq el ser señoritas independientes está de moda.
*Comenzar: Empezar. Dar inicio a una cosa.

Piquis

Mujer



Siempre vistas como seres débiles rogando protección, muchas veces también vistas como incapaces de realizar ciertos proyectos..., inconscientemente marginadas por costumbre de mucho de lo que hay en este mundo. Pero la debilidad que todos creen hay en cada mujer, no es tal...

Mujeres fuertes es fácil encontrar tanto en la historia… como en el día a día, Sorprende lo normal que ha llegado a ser saber de mujeres que han logrado sacar adelante una familia, que con varios hijos en su espalda han salido victoriosas de cada prueba que la vida les ha puesto, no han contado con apoyo alguno, lo han perdido todo, y aún así han llevado adelante su vida y la de sus hijos.

Pero ser mujer es mucho más que ser madre, mucho más que ser hija, o hermana…

Nadie busca esa mezcla de perfección y autenticidad tanto como nosotras. Nadie más que nosotras logra en un día vivir tantas emociones y transmitir cada una de esas en una tímida mirada. Sólo nosotras buscamos disculpas para cada error de quienes amamos.

Somos seres llenos de amor, de fuerza, de unas inacabables ganas de hacer de cada instante el más bello, damos tanto amor como quisiéramos recibir, cada abrazo que brindamos lo hacemos como si fuera el último, es sólo nuestra sonrisa la que es capaz de cambiar la cara de cualquiera, Somos complejas y simples a la vez, llenas de laberintos, imprescindibles, “extrañas”… Mujeres.


I t a *

Poema


("Mujer pensando", escultura de Elizabeth Rose)


Sobre un torrente purpúreo,
grácil,
como hoja pendiente de otoño y
amante enorgullecida de si,
se viste ella
suave,sutil.
No importa si es tarde:
hija
madre
amante
o esposa,
aún así;
captura mística en un beso
arrullo plácido y nacimiento
inquieta voz y vida.
Serena,
triste.
Sólo ella
entre cualquier otra imperfecta
abrupta y repentina,
abre los ojos al mundo que no cambia
que se diluye encerrado sin razón
fuerte y frágil
feneciendo aún cuando nada lo hace.
Otra vez purpurea
encierra sus ensueños
en el trozo de cielo que se escribe con el sudor de sus lágrimas
y el grito de los deseos.
Abre la ventana del alma,
cubierta de invierno
delimitada de esperanza
empapada de una imagen vaga
de la idealización de lo que debe ser y no será
de lo que es y no fue.
Aleja sus angustias,
recuerda su rostro desgastado,
olvidado.
Sólo es ella
mujer
piel
carne
hueso y vientre,
enigma latente,
mirada insolente.

Die Walküre

Sin más lágrimas de mujer


("The woman in the waves", cuadro de Gustav Courbet)

Tras varias lagrimas que empañaron el cristal de las gafas,

descubrí en el espejo mis ojos abrumados e inyectados con fulgores de agrias pasiones.
Vi, el rostro de la amargura, reflejado en una expresión, una expresión frágil y adusta a la vez.

La noche ya cayó con su enorme manto oscuro. La luna no deja contemplar su esplendor por el tragaluz.
Y es que no hace falta, una vez más, saber que estoy envuelta de penumbra y sombras.

El vino sabe a vinagre en la herida, el líquido no calma, no sosiega el dolor, ni siquiera el humo del cigarrillo ahuyenta las nebulosas ideas que rondan errantes por mi abrumada razón.

Quisiera dormir y olvidar, dejar atrás los recuerdos, echar a la espalda el padecimiento, olvidar el absurdo irónico que significa vivir. Desbaratar la tragicomedia que me tocó representar.

__________________________________

Los sueños son difusos, los lamentos, de seguro sin repararlo mis mejillas continúan desnudamente humedecidas. Aun dormida, distingo las sombras, que paradójicamente, desinhiben mi paz.
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Los rayos de sol de esta grisácea mañana, no se cuelan por mi ventana. Es razonable.
Es otro día más, tan igual que ayer, tan lleno de sufrimiento.
Vuelvo, a ver mi rostro frente al espejo. Los ojos enrojecidos aun, mi rostro blanco, pálido.
Paso mi mano por mis mejillas, silencioso testigo, las palpo, las rozo.
Ahora, sonrosadas, sonrió y la sonrisa que dibuja mis labios es bonita. Me gusta.
Quizá, el llanto impidió que conociera los hermosos alboreados rayos de sol. El dolor había bloqueado mis sentidos, pero mi sonrisa de la mañana muestra las gotas de esperanza que con cada respiración inhalo con avidez.

Mis ojos se ven tan bellos y brillan, con aquella brillantez que sólo otorga el refulgente futuro.
Hoy me gusta mi sonrisa, hoy veo de mil colores y con esperanza mi destino, soy feliz sin vanos motivos, soy feliz por ser yo misma, hoy valoro como nadie mis dotes de mujer.

A ti, mi dulce compañera. Y a todas nosotras que conocemos la sensibilidad de las almas.

Gabriella

pornostar/princess


the last moment of true perception y virginia woolf se hundió así, viva sólo a medias, entre las aguas que no eran cristalinas por donde flotábamos -el barro blanco, y el bote rojo.

no nací hombre ni nací cristiana ni nací en algún país en donde tuviese algo así como backstage passes para el resto del mundo. en otro tiempo, hubiese estado jodida. por ser mujer, al menos, ya no. lo sé yo y lo sabemos todos: vivimos en un mundo de géneros porque yo lo veo todo desde la literatura, pero escucha, esto lo trasciende y lo rasga porque hablo de algo más grande. porque nosotras somos un género, y a su vez, nuestras letras, atadas de formas raras y poco coherentes, son un género de esos que se leen -como drama o poesía- pero esos son más grandes, como un trailer de camión. por lo bajo, nosotras; algo así como un género dentro de un género.

pensando en grande y en palabras raras, citando a quienes sólo entiendo a medias, quiero hablar de cómo escribimos y me aventuro entonces a mencionar a joyce. al grande, grande e irlandés joyce, culpable de un libro tan extraterrestre que lo escribió encriptado con códigos semi-estúpidos que sólo él puede entender. finnegan's wake. ni el título lo han traducido. es pointless leer algo sin sentido, pero aquí estamos todos nosotros, seudo literatos intelectualoides y gente cabezona, que tratan y se estrellan.

Lo que pasa con Joyce es que escribió una complicadísima corriente de conciencia que tuve que leer como 3 veces para poder entender algo. Una mujer quedándose dormida, entre velos y espacios en blanco en donde la conciencia es atravesada por katanas sci-fi y pulsiones asesinas: una avalancha, abismos abiertos, volcanes, orgasmos, hierbas y halt. Retrató –parcialmente, y lo mejor posible- la conciencia galopante de una mujer en un enorme párrafo que realmente suena a cabeza femenina. Y sabe a eso. Y huele a eso. Pero es la cabeza de Joyce, atrás y en el fondo, sonriéndonos con cara de te lo creíste.

no estamos delimitadas por el género ni por nada, ni siquiera por la deuda histórica que se nos debe. porque joyce puede escribir como mina -allá él. las mujeres en la literatura asoman la cabeza en cada esquina, desde arriba, el centro o de al lado. hablan en lenguas extrañas y disímiles porque Antígona hablaba griego, pero Mary Shelley hizo hablar a su monstruo huérfano en inglés.

me gusta ser mina. me gusta esto de tener un cuerpo suave y con curvas. me gusta que filosófos cotidianos y de cátedra nos consideren enigmas y kerigmas: enigmas velados, desvelados y vueltos a velar, porque somos casi un objeto de culto hermenéutico. me gusta tener orgasmos más intensos que los de cualquier hombre. quiero vestirme de rosado y andar en una camioneta gigante. quiero tener un pony y estudiar literatura dura. quiero ser una princesa y una estrella
porno. la escencia femenina (y quizás se acentúa en la mía) es multiforme y heteróclita.

te lo advierto, no trates de clasificarnos.

Toncy Dunlop

El lado fértil o creativo


Desde los inicios de la humanidad, la mujer ha sido una figura polémica. Imagino a los primeros humanos nómadas adaptándose y adoptando roles según las circunstancias y capacidades de los dos distintos generos: los hombres cazando, peleando, defendiendo. Las mujeres cultivando, cocinando, educando.

Luego vinieron las civilizaciones y dentro de éstas, la conciencia colectiva de una capacidad creadora femenina relacionada a la tierra (fertilidad), a la luna (reguladora de ciclos naturales) y al agua (dadora de vida).

Con la llegada del catolicismo a Latinoamérica, la mujer fue vista como una amenaza para la concepción de Dios de la que hablaban debido a que la deidad debía ser masculina ya que la figura principal de la Iglesia era un hombre.

Y asi, paulatinamente la mujer se fue rezagando a todos niveles: no pudo votar cuando se establecieron las elecciones, no pudo recibir ciertos grados de educación, no pudo trabajar en lo que deseara, no pudo pertenecer a ciertas religiones, incluso en la actualidad existen algunas doctrinas en las que las mujeres no pueden acceder a ciertos grados en su camino espiritual.

Después de siglos llenos de silencio e inconformidad por parte de la mujer, comenzaron los movimientos feministas que peleaban por un espacio dentro de la sociedad, fue parte del estandarte de los años setentas en combinación con los excesos propios de la época. Desde esos tiempos hasta ahora, se continúa una lucha de todos los días, todo un proceso lleno de tropiezos y hasta preceptos equivocados.

La capacidad creadora (en otras palabras, el lado femenino) como lo dije antes, existe en todos los seres humanos. No es exclusivo de un género, y sobre todo, dicha capacidad no sólo se refiere a tener un hijo, amamantar, criar. También se refiere a la generación de ideas, proyectos y todo cuanto implique poner un poco de nuestro ser para crear algo nuevo.

La figura femenina resurge poco a poco, aunque a veces me topo en diversos medios con esta idea de que la mujer es una especie de mártir-heroína, y que por tener todo en su contra es mejor que un hombre. Pero no, parir ya no es un deber, tampoco es ese dolor extraordinario que todos deben aplaudir o un sacrificio. Es simplemente una maravillosa capacidad, la capacidad creadora dentro de un género: la mujer.

Poco a poco las cosas han cambiado. Vamos rumbo al equilibrio, rumbo a la equidad.

Xigna

Breve historia de la mujer

(Foto: "La victoria de Samotracia", estatua)


Hay tantas cosas que pudiera decir sobre ellas. A lo mejor mi punto de vista podría ser algo sesgado, distinto, contrario y, en algunas ocasiones, sexista. Pero, a pesar de ello, quisiera hablar de ellas.
En un día como el de hoy, quisiera rendirles tributo y homenaje a quienes, en cierta forma, hacen el equilibrio formalmente hablando en este mundo. Su historia en este mundo se inicia con un gran poder. Ellas, desde que la humanidad es tal, han tenido un poder que aún encanta y ejercen. Nuestros antepasados las adoraban y las consideraban símbolos de la fecundidad y la vida. Es necesario observar a las “Venus” hechas por los hombres de las cavernas para darnos cuenta de ello. Se han identificado en la antigüedad con la divinidad, con el puente entre lo divino y lo humano.
Al correr de los siglos, el hombre la relegó a un segundo plano. Desde los griegos a los romanos, los hebreos y los árabes, chinos y egipcios. Recuerdo a un filósofo griego que pensaba que las mujeres eran -y cito- “hombres imperfectos”, ciudadanas de segunda clase. La dominación masculina sobre lo femenino, desde la cristiandad, ha calado hondo en la raíz de la humanidad. Mientras los hombres destacaban en las artes de la guerra, la política, las letras, la filosofía y la ciencia; ellas eran simplemente dominadas y tratadas como siervas. Debo decir, a pesar de mi formación cristiana y católica, que el hecho de que en la expulsión de la primera pareja del Paraíso, y la maldición del Todopoderoso sobre ella, es algo que hoy en día, produciría muchos escozores. Nadie quiere ser siervo de nadie.
Pero, no así en nuestra América. Al menos en algunos lugares. Ellas, asumían y asumen, el grado de matriarcas, chamanes, sacerdotisas, fuente de la fecundidad y la vida. Y, citando libros de historia, generales.
Corriendo los siglos, entrado el Renacimiento y la Revolución Industrial, la mujer entra en el campo de las ciencias, el arte y, muy a su pesar en esos años, al trabajo. Y también son perseguidas. Brujas por querer entrar en la ciencia, por querer vestir, decir, pensar o sentir al igual que un hombre. ¿Y cómo pagamos eso? Con la hoguera, la horca o el ahogamiento. Genocidas. Un crimen que aún la Humanidad no ha querido reconocer y purgar.
Son parte de las masas obreras mal pagadas de esos años donde el metal, el vapor y las Ideas corren libremente. Vejadas, explotadas, mal pagadas, sin derechos. Derechos elementales de igualdad, libertad y fraternidad esparcidos como pólvora por Francia en el siglo XVIII hacia Europa y América en el siglo XIX eran impensables en esos años para ellas. Seguían siendo parte de uno de los escarnios más grandes producidos por la Humanidad contra parte de ella.
Las revoluciones sociales, las nuevas formas de vida, las doctrinas y filosofías nuevas; nuevas formas de ver el mundo hacen que la mujer empiece a dar pasos para adentrarse en ese mundo oliente a rudeza y tosquedad dominado por machos cerrados de mentes. En lo social, exigen participación en lo político, tratos dignos en el trabajo, mejoras en sus condiciones de vida. Entrado en el siglo XX, ellas, ganan terreno en su batalla por la igualdad de sexo. En Estados Unidos, Francia, Inglaterra y el resto de Europa, ellas se mueven. El feminismo y las organizaciones de mujeres se meten con fuerza en el mundo.
Como dato: en Chile, en una Asamblea Constituyente Popular de 1924, el primer exponente que habló en ella, fue nada más y nada menos que una mujer. Y aprobaron la igualdad de sexos.
La segunda guerra mundial las ingresa al trabajo a la par de los hombres: hacen bombas, tanques, camiones, barcos, armas. ¿Trabajos de hombres? La mujer entiende que no. Se siente capaz. Ella puede. Todo lo puede. Los 50’s son la fecha en que ella, era mostrada como un estereotipo: buena dueña de casa, buena madre, contenta en su cocina y casa, juntándose los martes con las amigas a jugar naipes. Y la dominación masculina seguía su marcha. No se esperaba la Revolución de las Flores.
Los 60’s marcan para siempre la autodeterminación de la mujer. Las pastillas anticonceptivas, la “Barbie”, el amor libre, el feminismo acérrimo y la lucha por conseguir ser tratadas como iguales llega al punto máximo. Se ha iniciado una lucha detenida por más de diecinueve siglos. Las mujeres ahora quieren estar donde estamos. Ya no existe ese estereotipo de la madre hacendosa y sumisa. Existe la mujer exitosa, que mantiene una casa, una familia, una carrera, un esposo o sola. Una mujer que insiste en entrar a ese “Club de Toby”. Un club que es excluyente, rudo, exigente. La premisa es: “Si quieres entrar, se dura, se hombre”.
Miedo: eso significa.
Tenemos miedo.
Tenemos miedo de ser dejados solos ante un mundo que antes una mujer manejaba al derecho y al revés. Tememos ser ridiculizados en nuestros trabajos, estudios, competencias, deportes.
Tememos ser débiles.
Y eso nos ha llevado a ser muchísimo más arbitrarios.
Hoy en día, sin duda hemos avanzado. Pero hay mucho que hacer. Aún las mujeres ganan un 30% menos que los hombres en iguales puestos de trabajo. En muchos lugares son tratadas como cosas, intercambiables por especies. Son sometidas a vejámenes bárbaros en algunos lugares del mundo. Son explotadas sexualmente. Aún pensamos en que ellas no se la pueden con trabajos que los hombres sólo podemos hacer. Las ridiculizamos, escupimos, maltratamos, usamos, odiamos y excluimos.
Pero, aún quieren hacerlo. Aún quieren entrar a ese club al que nosotros pertenecemos. A pesar de todo, ellas quieren ser reconocidas. Quieren el espacio. Saben sufrir, aguantar, resistir. Lo han hecho por más de dos milenios. Y, silenciosamente o públicamente, ellas van lanzando su pregón al mundo: “Mujeres del mundo, uníos”.
Y no me sorprendería, así como no nos sorprendió que una mujer llegara la Primera Magistratura de la Nación en mi país, o a conducir un trasbordador espacial; que al transcurrir este siglo, que la mujer llegue a lugares que ni ella pensó en la tierna infancia de la Humanidad.
Hoy por hoy, el cielo es su límite.

Santiago Paz
Parral, 08 de marzo
Día Internacional de la Mujer

Tríptico a la esperanza


("Tlingit Cosmos", Celeste Worl)



I. PUGNAR POR LA EQUIDAD, NO POR LA IGUALDAD

Mujeres y hombres no somos iguales. Al no ser iguales se anula la posibilidad de comparar quién es mejor. Ambos géneros comparten la capacidad de ser igualmente estúpidos: así como hay hombres que ejecutan fanáticamente su parte masculina, también hay mujeres que buscan igualdad de género, que piensan que la independencia está en no necesitar a ningún hombre, así como en rechazar la vida de ama de casa.

No creo en la igualdad, creo en la equidad, conceptos distintos.

-El primero habla de empate, de paralelismo, de poseer lo mismo en ambos lados sociales.

-El segundo habla de equivalencia, de correspondencia, de complemento, de perpendicularidad, de hacer equipo.

La especie humana, así como cualquier especie de vida dentro del vasto universo (planetas, galaxias, animales, bacterias, plantas, etc.), no puede darse sin el encuentro de las partes femenina y masculina (fesculina, mamenina). No existiríamos nosotros sin nuestro padre sol que se encuentra con nuestra madre tierra. Nuestros hijos son posibles gracias a la fecundación, acto imposible sin el encuentro de ambas fuerzas.

Entonces, si es tan evidente que para la armonía, el amor y la vida se necesita el equilibrio de las dos partes, ¿por qué empeñarnos en enaltecer sólo una?

II. DOLOR DE PARTO, EL PEOR DOLOR DE TODOS

Resulta fastidioso que en la semana del Día Internacional de la Mujer haya en los medios una proliferación de halagos y honras a la mujer por el simple hecho de serlo (hoy en la mañana escuché a una conductora de radio diciendo “hombres, por favor, échenos porras en nuestro día”), como si no hubiera mujeres soberbias, injustas, con el ego por las nubes, que cometen delitos, que hacen daño a otros. La admiración no debería ser sexista, qué importa si el admirado en cuestión es mujer u hombre, si a final de cuentas el ser humano que se encuentra más allá de su acta de nacimiento es el que está haciendo esas cosas admirables.

A las mujeres se les tacha de heroínas porque “aguantan el dolor del parto”, pero parir no es cosa de otro mundo, es un acto natural que, en el caso animal, las hembras lo hacen con concentración y paciencia, mientras que en el caso de los humanos, se hace en contra de lo natural y de las leyes físicas, se inculca el miedo al dolor, se estimula el griterío y hasta familiares son invitados a tan inhumano espectáculo. Para colmo, la mamá es colocada en forma horizontal para que el sabio doctor no haga esfuerzo en agacharse como lo haría si se hiciera el parto de manera lógica (hay varias posiciones para ello, siempre pugnando porque el bebé vaya bajando, mientras la madre (em)puja hacia abajo, lo cuál suena menos doloroso en comparación con el empujar hacia un lado, como en la mayoría de los partos modernos).

¿Realmente es insoportable el dolor de parto o lo que duele es todo ese esfuerzo de pujar que es doblemente cansado por la ilógica posición horizontal en que se hace?

Ahora que lo pienso, las mujeres que tienen a sus hijos con este tipo de métodos (o sea, casi todas) sí son heroínas ya que este tipo de partos son inhumanos, aunque también es heroína quien investiga lo suficiente como para ir contra lo convencional y descubrir métodos alternativos como el parto en agua, parto con delfines o el parto en casa.

III. AXE, PATROCINADOR OFICIAL DEL DÍA DE LA MUJER

Existe en los medios una irremediable tendencia a estereotipar. Entonces muchos hombres y mujeres se tragan el cuento de que la felicidad está en la capacidad de consumo y la liberación femenina está en no tener tabúes sexuales y desarrollar la cultura del aparentar, del engaño (más pestañas, más senos, más cadera, menos líneas de expresión, menos o más edad, etc.).

Pero ¿dónde demonios está el espacio donde se propague el autoconocimiento, la autocrítica, la libertad? Ser libre no es acudir a la pornografía si es que quieres evitar sentirte reprimida. Ser libre no es complacer al otro a costa del criterio propio (en la televisión mexicana se recurre con frecuencia a consejos como "báilale a tu esposo como lo hacen en el table" (o sea, volverte quien no te sale ser)).

Pienso en la represión que se ejercía sobre las mujeres cuando se empezaron a mal entender los cánones cristianos. Fueron algunos hombres poderosos los que le quitaron libertad de acción. Hoy los hombres poderosos (junto con algunas mujeres) siguen controlando ya que desarrollan estereotipos como el de la estrella-porno o la mujer-perfecta-de-los-suburbios (con todo el movimiento comercial que se genera con ello). Qué importa si unos dicen "tápense" y otros "destápense", a final de cuentas sigue habiendo control debajo de todo eso. En Tokio existe un parque donde cada viernes la gente joven se reúne para platicar, para convivir, para ser vistos, para ejecutar estas modas japonesas que son entre escolares, neopunks y porno. Los jóvenes se sienten libres porque no van de traje, pero no se ponen a pensar en las tantas tiendas de ropa que hay alrededor del parque que son las que imponen esas modas locales. Entonces el círculo perfecto de ustedes-compran-lo-que-nosotros-imponemos-como-moda opera igual que el de los oficinistas que "tienen que" llevar traje.

Y es ese "tienen qué" el que me parece limitante, porque si no quieres ser reprimida, tienes que adoptar alguna actitud de modelo, o alguna estética porno. A final de cuentas esos modelos a seguir también están creados por hombres y mujeres poderosos a los que les conviene que la cosa sea así.

Hoy en día la mujer ideal, injustamente, debe cumplir muchas reglas que, en algún momento, son imposibles de ejecutar en conjunto. ¿Por qué no llevar la discusión a la búsqueda de una conciencia personal y colectiva donde todos nos miremos diferentes y equivalentes? Sueño con una sociedad con menos ego, con mayor conciencia de esas dos fuerzas que habitan en todo cuanto existe, en ti, en mi, a nuestro alrededor.

-EPÍLOGO

¿Cómo es posible que alguien desee detener el natural y divino envejecimiento del cuerpo?
¿Cómo es posible que se crea que unos cuerpos son mejores que otros?
¿Cómo es posible que exista gente que encuentre divertidos los comerciales de Axe (y afines)?
¿Cómo es posible que, tanto hombres como mujeres, no sepamos aprovechar nuestro potencial humano?
¿Cómo es posible que haya gente que dedica parte de su tiempo a ver por qué las mujeres son mejores que los hombres y viceversa?
¿Cómo es posible la discriminación, el racismo, el machismo, el feminismo, la intolerancia?

El Día Internacional de la Mujer es una estupidez necesaria, no debería existir, pero las deplorables condiciones de vida (así como las grandes anécdotas) de muchas mujeres a lo largo de la historia y en la actualidad, hacen urgente traer éste tema a la mesa, a los blogs, a la charla cotidiana. Es necesario no olvidar todos aquellos excesos y discriminaciones de los que todos hemos sabido algo, también es necesario no ser ciegos ante todo lo terrible que en algunos estratos aún se le hace a las mujeres. Pero también es hora de encontrar el justo medio, no se trata de invertir el machismo en feminismo, sino de cohabitar, de potenciarnos, de mirar hacia delante con memoria, de celebrar que todos somos parte de la misma Unidad.

¿Qué somos los hombres como para venir a felicitar a las mujeres sólo porque son mujeres? ¿Qué somos como para pretender prohibirles algo? Festejemos a todas las mujeres, pero también no dejemos de festejar a otros hombres, a los animales, a los niños y niñas, a las plantas, a las estrellas. Todos estamos relacionados de algún modo. Todos nos necesitaremos por siempre.

Alberto Espejel

la poetisa

Wallada es una princesa totalmente kickass y jodidamente honesta, una puta dominatriz que se comía a cucharadas el propio hígado del islamismo allá por el siglo 11. Los seguidores de Mahoma pueden haber sido una manga de pelotudos machistas (y, bueno, en ese tiempo, quién no) que se vanagloriaban de su tan bien construida falocracia no la contuvieron a ella, con su poesía bombatómicamente destructiva - poesía de puta madre, de verdad.

La lengua árabe es tan extraterrestre que ni las manos de minotauro cabalístico de Borges pudieron agarrarla - es lengua divina. El Corán, in fact, no deja espacio a las traducciones weonas, semi-cojas, ni de ningua especie. No se puede traducir porque es perfecto. Mahoma lo dice: esa lengua es perfecta y sólo en ella puede leerse la megapoderosa palabra de dios. End of discussion. I mean, tienen más de cien términos para decir camello y a mí, con mi querido cerebro programado mediocremente en castellano me parece raro y alienígena. Es difícil imaginar la capacidad poética del árabe: son cósmicas y más allá.

Wallada era la mujer más escandalosa de Córdoba y se paseaba como flotando por las calles con una boludez envidiable: la muy perra no usaba velo y se forraba en túnicas transparentes que decoraba con aliento poético, literalmente, porque llevaba los versos bordados en la ropa en un despliegue de descarado rockero ego literario.
"Por Alá, que merezco cualquier grandeza
y sigo con orgullo mi camino.
Doy gustosa a mi amante la mejilla,
y doy mis besos para quien los quiera"

Se revolcaba con Ben Zaydun en una relación pública, pornográfica y versificada, hasta que el muy "puto, pederastra, cabrón" -lo dijo ella, no yo- terminó traicionándola, según los cahuines medievales, con otro hombre. Desde las propias profundidades calientes de zorra furiosa, ella escribió:
"Si (Ben Zaydun) hubiera visto falo en las palmeras/ sería pájaro carpintero"
Consiguió meterlo en la carcel, al hacerse amante del enemigo político de Ben Zaydun. La poesía, como vieja ociosa y menopaúsica, nos dice que el muy weon seguía enamorado. Pobre.

La tropa de poetas españoles mamones que vinieron después, como Bécquer o Manrique, parecen cachorritos lisiados y patéticos y cristianos. Todos se eclipsan ante esta muy zorra princesa, que con cada verso insolente y metálico le gritaba a todos ellos, los que estaban y los que vendrían: métanse su machismo por donde mierda les quepa.