10/3/08

CANTÁBRICO



Escucha el mar
Estremecerse desde su vientre inmenso
con todos los vientos del norte.
Ofreciendo a los acantilados negros
la interminable pereza
de sus besos.

Escucha el mar
Gemir con su espuma blanca
sobre las rocas.
Acabándose en una marea ascendente
como un rito pagano
de cuerpos abandonados.

ANA R.

3 comentarios:

Alberto Espejel Sánchez dijo...

esto de "rito pagano de cuerpos abandonados" me parece admirable, único, acaso irrepetible

tanto que he leído en torno al mar y no se me había ocurrido factible el estremecimiento poético de nuevo

gracias por la correspondencia, estimada ana

AnaR dijo...

Muchas gracias, Alberto.Comentarios como este estimulan mucho a seguír recreando la mirada para luego retratar las percepciones en palabras.

Un gran abrazo desde este mar que hoy, precisamente, está embravecido como en la imagen.

Avellaneda dijo...

El cantábrico ese que ha escuchado mi silencio durante horas, el que visito cuando tengo oportunidad.
Es un poema precioso Ana, me ha encantado éste verso: Ofreciendo a los acantilados
la interminable pereza
de sus besos


He entrado casi sin querer en este rinconcito para hacerte una pequeña visita...
Muxus