30/6/07

En el corazón de la luna: Alí Farka Touré


A mi amigo: Gritos en el silencio.

Escucha sus pisadas, son las de un hombre frágil físicamente, es ligero como el aire, de corazón blanco teñido de piel negra, ojos profundos y verdaderos. Originario de Mali, perteneciente a aquel continente negro y grande; sediento de agua y hambre; y sobrado de música y tradiciones. Las poses quedaron guardadas para otros. En la humildad no existen. Sabedores de lo que harían sin saberlo. Ali Farka Touré y Toumani Diabaté decidideron tripular en el corazón de la luna.

El rastrear raíces, el descubrimiento de lo diferente, la hicieron volar más de 32 horas a Bamako, Mali. El cansancio la vencía, pero no le echarían a perder aquel sueño viajero. El sueño como un ser vivo cuya entidad devora al soñador, para existir. Así como el viento requiere de una llanura para darse en longitud, anclarse en el blues africano rural de Ali Farka Touré, hicieron vibrar su sensibilidad melómana. Pero más allá, siempre la Antropología la traicionaba: buscar y encontrar.

Una guitarra acústica, su resonancia, la hicieron presa de estar escuchando algo diferente, enganchador, algo bello en la tierra. Presenciar la grabación de un disco a dueto entre la guitarra acústica de Ali y la Kora (arpa) de Toumani, era una cátedra de talentos.

“No necesito ensayar con Toumani. Cuando de música se trata nunca ensayo porque la inspiración me llegará en el momento justo: sé lo que hago, sé lo que quiero. La música es parte del tejido de mi cuerpo y hace que mi espíritu crezca. Digo sinceramente que la música calma la sed de mi alma. Es mi regalo. Es mi regalo de saber”

Ali Farka pasaría de agricultor a músico, en 1956 descubrió que quería tocar la guitarra y contar historias sobre su pueblo, su etnia, su naturaleza africana. Refundido en su granja, sin luz eléctrica, agua potable y teléfono, lejos del capitalismo, cinceló lo que sería su vida en la música. Sin escuela aprendió a tocar el djerkel, la njarka, el ngom, la flauta, la guitarra y la batería.

El disco En el corazón de la luna es un material fuera de serie, impregnado de todo el sabor del blues, aquel que Alí toca inspirado en las orillas del río Níger. Toques rústicos, sonoros de guitarras, que parecerían desafinadas, pero no lo están, la intencionalidad nos lleva a lo sublime del blues tradicional. Estamos escuchando una verdadera obra de arte.

En un folletín impreso en el disco, expresan su pasión por la música y el mutuo respeto profesional que ambos se profesan:

"Toumani es un niño que nació en mis manos. Conocí a Toumani de niño y también trabajé mucho con su padre Sidiki Diabaté. Quien ha contribuido mucho a compartir la cultura tradicional entre Guinea y Mali"

"La Kora nació con Toumani, él es un fenómeno de la cultura africana. No hay entre nosotros competencia alguna. Ni odio. Ni celos. Y con su instrumento Tomani puede hacer lo que le plazca. Del repertorio no hablamos nunca. No necesitamos planear. Ni siquiera improvisamos antes"

"Ali Farka, es el león del desierto, estoy muy feliz por haberlo encontrado y estoy muy orgulloso por haber podido tocar con él mezclando nuestras formas de música"

Los observaba fascinada, en un estudio improvisado en la habitación de un hotel en Bamako, sin ensayos previos, dejándose llevar, por su genialidades e inspiración, sin tener muy claro qué iba a resultar de ese encuentro los dos músicos produjeron un disco excepcional de música africana, que yo nombraría "En el corazón en la tierra".

Todo fue muy natural; escogieron temas tradicionales en los años cuando terminaba el colonialismo y empezaba la Independencia africana. Ambos conocían el repertorio... En una tarde noble y hermosa, los dos músicos grabaron el material del disco.

Finalmente la pregunta nació sola y había que responderla.
-Tú sabes que enfrento la muerte, que ella me espera, que me iré pronto, que la muerte es un despilfarro.

Ella empezó a temblar, le dolía verlo tan débil, a un ser tan grande. Afuera hacia frío y ella sentía el calor humano de la ida….. algunas melodías inolvidables se aposentaban en su alma, en sus oídos…Nunca más lo vería, sólo en sus sueños.

Ali Farka Touré, perteneciente a la etnia Songhai, moriría mientras dormía, consumido por un maldito cáncer de páncreas a los 67 años de edad en Bamako, la capital de Mali, con su gente, con los suyos, el 7 de marzo de 2006.




En el Corazón de la Luna,
Grabado en Bamako, Mali
Producido por Corasón, 2005
Link de YouTube

1 comentario:

Alberto Espejel Sánchez dijo...

corason es un gran sello, dador de excelentes muestras que nos regresan a los origenes, siempre negros, siempre solares, siempre percusivos, primigenios, rupestres

gracias, dear monique, por recomendarnos a estos genios